martes, 25 de septiembre de 2007

cafe amargo

yo no acostumbro tomar café, más que en las noches de invierno, mi padre es quien solía tomar tres tazas al día.

Y desde su entierro no he permitido que se acaben los frascos de café, ni que se agote su aroma,
no he hecho nada por procurar el descanso eterno de mi padre, pero cada noche, preparo café para mí y para él por si se asoma.

fragmento del discurso inicial, de la exposición de fotografía
CAFÉ AMARGO

1 comentario:

ANTIESPECTACULO dijo...

Siempre me es interesante descubrir que alguien algo anda buscando dentro de sí, tú tienes todas las respuestas sobre ti, porque te gusta inventarte cosas. Me causa ruido tu entrada: frente al espejo, porque precisamente yo intento ver detrás de él… ya te contaré. Bien dijiste, hablamos de lo mismo sin ser la misma, algo nos podemos compartir.
Te mando un beso.